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El cross-docking es un proceso logístico que permite reducir los plazos de entrega sin incrementar los niveles de stock de nuestra empresa. ¡Casi como por arte de magia! Quienes saben qué es cross docking y lo utilizan en sus operaciones, ven el movimiento directo de productos, directamente del proveedor al cliente final, como su principal ventaja. Este modelo supera los inconvenientes de los flujos de distribución tradicionales. Para poder experimentar sus beneficios hace falta tener visibilidad sobre la cadena de suministro de extremo a extremo y capacidad suficiente para reaccionar ante la demanda y coordinar ágilmente los movimientos. ¿Cómo funciona el cross docking? La mejor forma de entender los flujos de cross-docking es compararlo con los flujos tradicionales de distribución de mercancías, donde, normalmente, se sigue una distribución lineal, buscando acercar el producto al cliente final. El objetivo es lograr que los plazos de entrega sean tan rápidos como sea posible. Para ello, el fabricante o proveedor envía el producto a un mayorista y quien lo dirige, a su vez, a un comercio minorista que almacena productos de diferentes marcas. Suele estar situado en un lugar próximo al cliente, para que este lo compre in situ o lo compre online y lo reciba en su domicilio. De forma gráfica, el flujo tradicional sigue los 3 pasos ilustrados a continuación.
Pero este modelo puede tener dos inconvenientes, que pueden parecer a priori contradictorios: - Limitación de la amplitud de surtido que ofrecemos a nuestros clientes. Sólo es posible poner a disposición del consumidor el surtido que físicamente está a su alcance, que es sólo una parte del catálogo de productos que existe en el mercado.
- Necesidad de invertir en producto (en stock) próximo al cliente, para reducir plazos de entrega y ofrecer el mejor servicio posible. Si somos una tienda referente de calzado y queremos estar en las principales ciudades de España, querremos tener en todas ellas un mínimo de stock que garantice una buena disponibilidad de nuestros productos seleccionados. Esto puede ser muy costoso para nosotros como empresa.
Para afrontar los inconvenientes de amplitud de surtido e inversión en stock, podemos poner en marcha un sistema de cross-docking, que fundamentalmente consiste en poner a disposición de nuestros clientes stock en el proveedor, de forma que conseguimos ampliar de forma significativa la amplitud de nuestro catálogo sin hacer una gran inversión de stock. Cross docking: inconveniente principal y su solución Si lo pensamos bien, el modelo de cross-docking tiene un efecto colateral que es la posible ampliación del plazo de entrega, ya que el camino recorrido en el modelo tradicional, de proveedor a cliente, debe realizarse “una vez el cliente ya ha realizado su pedido”. En el siguiente gráfico, vemos como, en un flujo de cross-docking, el producto realiza su viaje hacia el cliente sólo cuando el cliente ya ha realizado su pedido, de forma que el flujo es mucho más eficiente.
Para ajustar el plazo de entrega al máximo, el producto se envía a un almacén (o plataforma de cross-docking) en el que sólo residirá unas horas (o minutos) antes de ser expedido al cliente final. En lugar de enviarse a un almacén (donde pasaría por las fases de recepción, ubicación, picking y expedición), el cross-docking se apoya en un almacén sin ubicaciones donde el producto sólo es recepcionado y expedido, sin necesidad de ubicación y picking. El tiempo que permanece en el almacén que lo ha de distribuir (en una zona específica diseñada a tal efecto, denominada “playa de cross-docking”) es de horas en lugar de días. En la siguiente figura, se muestra como en el flujo de cross-docking, simplificamos la manipulación en almacén y agilizamos su expedición:
Cross docking: ejemplos de aplicación Para acabar de explicar cómo funciona y qué ventajas tiene el cross-docking, utilizaré dos casos prácticos basados en mi propia experiencia: Cross docking en la venta online El modelo de cross-docking se utiliza a menudo para poder ampliar el catálogo de nuestro e-commerce sin aumentar excesivamente nuestra inversión en inventario. En e-commerce, es habitual que nuestro almacén propio disponga de unas “pocas” referencias de rotación media-alta para servir nuestros pedidos online. Para referencias de rotación media/baja o baja, es habitual mostrar el stock de nuestro proveedor en línea. Cuando un cliente realiza un pedido de productos de nuestro proveedor, ponemos en marcha el flujo de cross-docking, mediante el cual nuestro proveedor prepara el producto y lo envía a nuestro almacén. Al momento de recibirlo, en lugar de ubicarlo en el almacén, el producto recibido se consolida con otros productos del mismo pedido y se expide de forma “casi inmediata”. De esta forma, el catálogo de nuestros e-commerce puede ser amplio sin penalizar nuestra inversión en stock y sin penalizar en exceso los plazos de entrega. Proceso de centralización de almacenes en retail tradicional El caso está extraído de una experiencia personal en Caprabo, compañía de supermercados con un almacén principal en Cataluña y un número elevado de referencias para surtir a sus más de 300 tiendas en la región. En Mallorca, la empresa disponía de un modelo logístico similar: 30 tiendas, que se aprovisionaban desde el almacén central en Llucmajor. En verano, el turismo generaba una alta demanda y el almacén de Llucmajor difícilmente conseguía dar un buen servicio a sus tiendas. En este contexto, se decidió centralizar el aprovisionamiento de las tiendas de Mallorca desde el almacén central de Cataluña. En el nuevo modelo, las tiendas de Mallorca realizaban sus pedidos de producto diariamente, los pedidos se preparaban durante el día, se cargaban trailers completos que viajaban de Barcelona a Mallorca por la noche en barco. A primera hora de la mañana, los trailers llegaban a Llucmajor (convertida en plataforma de cross-docking). Se descargaban los pedidos por tienda en la playa de cross-docking y, por la mañana mismo, se realizaban los repartos a las 30 tiendas de Mallorca empleando furgonetas. De esta forma, las tiendas de Mallorca consiguieron tener acceso a más productos y más stock rápidamente. Además, el coste de almacenaje, tanto en espacio como en producto, se redujo de forma drástica. Para Caprabo, el coste de transporte se incrementó, pero como se suele hacer en los procesos de centralización, se repercutió este coste de transporte en los proveedores que ya no tenían que realizar viaje alguno entre Península y Llucmajor. Los proveedores, a cambio, conseguían una mejora significativa de disponibilidad de producto y mayores ventas. ¡El cross-docking supuso para Caprabo y sus proveedores un win-win en toda regla! A veces, introducir un cambio en la estrategia supone hacer las cosas de manera diferente y conlleva un esfuerzo de alineación importante al principio. Pero, como en el caso del cross docking, si eso nos permite mejorar nuestra adaptabilidad y agilidad, y aumentar la satisfacción del cliente, merece la pena plantearse llevarlo a cabo. ¿Crees que tu cadena de suministro necesita actualizarse? Fuente: retos-operaciones-logistica.eae.es |