Foto tomada de semana.com
El océano Pacífico es conocido también como el mar de Balboa, el mar del Zur o el gran océano, al aludir al propio título de la obra del escritor mexicano Rafael Bernal. Sin embargo, al intentar comprender el significado de ese majestuoso escenario, una de las aproximaciones más acertadas es la del historiador Matt Matsuda, quien lo describe como un espacio multilocal que se ha caracterizado históricamente por ser el eje de interconexión global de diferentes lugares geográficos y de toda una diversidad de pueblos y culturas arraigadas en las costas de los continentes e islas que lo integran. Colombia, como país privilegiado al proyectar sus costas sobre ese vasto escenario, cuenta en el mismo con 339.100 km2 de aguas jurisdiccionales, lo que se asemeja a la superficie terrestre de Italia, Finlandia o Noruega.
Dicha proyección nos permite compartir fronteras marítimas con Ecuador, Panamá y, particularmente, con Costa Rica, conforme a los derechos que genera el archipiélago de Malpelo (catalogado así mediante la Ley 23 de 1919), el cual fue declarado por la Unesco en el 2006 como patrimonio natural de la humanidad y, recientemente, incluido en la Lista Verde de Áreas Protegidas y Conservadas por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), tal como sucedió con la isla Gorgona en 2014. Malpelo contiene uno de los paisajes submarinos más sorprendentes del mundo y hace parte de la cordillera submarina que constituye el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical, iniciativa regional de conservación desarrollada por Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá.
Por otra parte, y según las cifras del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec), los países que se encuentran en la cuenca del Pacífico representan el 54 % del PIB mundial, lo que convierte a ese espacio geográfico en un eje relevante para la economía global, la cual se sustenta de manera particular en las rutas marítimas destinadas al comercio internacional; adicionalmente, el Pacífico es un escenario de integración y desarrollo conjunto, lo cual ha llevado a que Colombia establezca y sea parte de diferentes instrumentos de cooperación con los países vecinos, entre los cuales se destacan la Alianza del Pacífico, los tratados de delimitación marítima establecidos con los países colindantes y los concebidos en el marco de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS), organismo del cual es parte el país.
Es en este contexto marítimo interconectado donde la Armada de Colombia trabaja día a día para vigilar y proteger los espacios marítimos, y contribuir así a la gobernanza y al buen orden en el mar de una manera articulada y cooperativa con otras marinas de la región y entidades nacionales e internacionales involucradas en los asuntos del mar.
Teniendo en cuenta que dentro del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 se reconoce a los océanos como un activo estratégico de la nación, las tareas que permanentemente ejecuta la Armada en pro de la defensa, la seguridad en la navegación, la protección de la seguridad alimentaria y del medio ambiente marino, y la investigación científica marina, entre otras, contribuirán para que el escenario Pacífico esté entre las prioridades de las políticas de desarrollo de la nación; de la misma forma, estas acciones se orientan particularmente hacia el bienestar de las comunidades y habitantes de la región, quienes son la esencia y razón principal de nuestra labor, y la cual se ha materializado en la última década mediante la realización de las labores de ayuda humanitaria, la interacción con los gobernadores y alcaldes de los municipios costeros, la vigilancia del transporte y el comercio por el mar y los ríos que allí desembocan, la construcción de infraestructura de puertos y transporte, la edificación de escuelas y parques, el apoyo al turismo, entre otras múltiples actividades.
El Pacífico se configura entonces como un océano de ventajas y oportunidades, dentro del cual el Estado juega un rol primordial, para hacer de este una plataforma de progreso, desarrollo y proyección mundial para los colombianos; son grandes los retos y oportunidades para este importante activo estratégico nacional que nos demanda, además, la implementación efectiva del documento Conpes 3990 de 2020, ‘Colombia potencia bioceánica sostenible 2030’.
Almirante Evelio Ramírez Gáfaro Comandante Armada Nacional.
Fuente: eltiempo.com |