Así, la industria del transporte marítimo, basada en gran medida en la circularidad, se ha enfrentado a un año, el 2020, plagado de perturbaciones en la cadena de suministro global.
En la primavera de 2020, muchos países entraron en bloqueo y se restringieron las actividades económicas. Esto redujo significativamente la cantidad de personal portuario y ralentizó la velocidad de manipulación de la carga. Al mismo tiempo, las fábricas cerraron temporalmente. Para mantener la carga y evitar pérdidas económicas, las líneas navieras redujeron rápidamente el número de barcos en funcionamiento.
En el otoño de 2020, las actividades económicas mundiales comenzaron a recuperarse. Los países reanudaron su producción y aumentaron los volúmenes de exportación, especialmente desde China a América del Norte y Europa. Pero las líneas navieras aún operaban con menos barcos (lo que significa falta de espacio) y los puertos con menos personal. Esto provocó retrasos masivos y escasez de contenedores, y como la demanda superó con creces la oferta, las tarifas de transporte se dispararon.
Algunos países estaban tomando medidas selectivas abriendo sus fábricas para la producción una semana y cerrándolas nuevamente la siguiente. Este flujo irregular de mercancías creó grandes problemas con la congestión del puerto y las líneas navieras eligieron no ingresar a ciertos puertos debido a los largos tiempos de espera.
Cinco claves para asegurar una logística anti-pandemia
Ante este panorama y los pronósticos realizados, Greencarrier asegura que existen cinco focos en los que toda empresa logística debe centrarse para reforzar sus cadenas de suministro:
- La comunicación es clave: hablar con fabricantes y clientes facilitará la toma de decisiones ante retrasos en la producción o modificaciones en la demanda.
- La planificación lo es todo: siempre que sea posible, deben reservarse los envíos con suficiente anticipación.
- La reserva de contenedores debe realizarse, si cabe, mucho antes, para asegurar el traslado de cargas especiales en contenedores con unas características concretas.
- Prepararse para el futuro: amortiguar los efectos de las temporadas altas es posible siempre y cuando las mercancías permitan técnicas como el estocaje y almacenamiento de seguridad.
- Considerar rutas o servicios de envío alternativos.